Pleno de suspenso, supuestos falsos y verdaderos, este relato de misterios y hechicería que confundirían no solo a la audiencia sino sobretodo a los protagonistas mismos de la novela, en una extraña interrelación entre el lector y los personajes, con máxima fidelidad de estilo ”Agatha Christie” en que –a fin de cuentas– el “mas allá” se fusiona con el “mas acá”, este episodio estelar de Akelarre los tendrá con los nervios de punta durante todo momento, dado su realismo mágico y ensordecedor.
HOY… REPROCHE:
urante las primerísimas horas de la madrugada del sábado 28 de marzo –marzo, siempre marzo de aquelarres– se oían gritos desencajados de una entidad tipo hombre que reprochaba: ¡Coño! !A mí, nunca me lo contaste así! ¿Ves? Tímidas y mudas explicaciones de réplica femenina se percibían desde la calle, tan solo un batir de brazos en rechazo a tan estridente y atropellante reproche que se repetía una y otra vez con desespero: ¡A mí, nunca me lo contaste así! ¿Por qué no lo supe de esa manera? Era la mismísima voz de Aker, el de la cabeza de carnero (con su cornamenta y todo a la sombra), el propio Aker Félix tronaba desencajado al sentirse –por primera vez– verdaderamente encerrado en kennel, cual si una cárcel lo envolviera y lo persiguiera en todo su destino, después de tanto suscitar la maldad mediante el Chato Infernuko de las brujas y desde su propio y particular recinto oscuro de odio a propagar, el DarkBox.
¿Es que, acaso nunca imaginó el gran suscitador universal de la discordia, el Aker Félix, que la verdad lo atrapaba en su propia conducta maléfica sin él percibirlo? ¿Cómo podía el divinizado Aker ignorar lo que la Reina María Chipía no le contó, al menos en aquellos detalles misteriosos? Quien recibía los estridentes reproches de Aker no era sino «su» mujer, la Reina María Chipía, quien en lugar de ser digna de recibir los reproches de Aker Félix, era ella quien había estado y estaba siendo damnificada por las propias injurias y conjuros suscitados por el Aker desde el DarkBox.
Todo así, en estridencia ensordecedora, mostraba que el Aker Félix fue sorprendido en su ignorancia, pues, a pesar de asumirse a sí mismo como el conocedor de la premonición y del futuro, no sabía del pasado y lo abandonaba, siendo víctima salvaje de sus propios errores malignos que el pasado desconjuraba como si de agua bendita se tratara. En una madrugada de marzo, el Aker Félix entraba en silencioso y prudente desespero.
GOIBURÚ EL TXISTULARI:
Todo se desenvolvía al haberse despreciado la historia pretérita de María Chipía en su conjuro marital con Goiburú El Txistulari, noble avicultor quien comportó sustancia antes de la maldad suscitada por el Aker en el Conciliábulo del Infernuko en Nueva Dork.
El Txistulari era todo un caballero, con todas las óptimas maneras, y mas, de los buenos fueros navarros, discreto, amable, trabajador y con excelente virtud de la prudencia. Demasiado mas jóven que la Reina María Chipía, de quien no se conocen de ella documentos de origen natalicio mas atrás de 1610.
Es así que transcurría la relación entre María Chipía y El Txistulari, pero, ya en vidas pasadas María Chipía conoció aquel rito mediante el cual, si un mortal cualquiera da vuelta el cuerpo inerte de una bruja en las cuevas, esa bruja se hará presente para cumplirle un deseo con tal de que su cuerpo vuelva a la posición original, dando espalda contra la pared interna de la cueva y en que, por chantage, si no lo consigue, jamás podrá regresar a su forma humana. Esto le fue siendo suscitado poco a poco al Txistulari, sin que él se detuviese mucho a comprenderlo, pero en que él percibía que su intuito le decía a voces: «¡Goiburú, mírala, ella no luce plenamente humana!» Y mientras, ella se reía y se reía de carcajada tímida con boca abierta, bajo pócima espirituosa con ácido indiscreto. Todo esa rara percepción con la buena fe del Txistulari se sedimentaba y sedimentaba en su implícito entendimiento, a la vez que María Chipía deliberadamente –cuasi-analítica– le sugería una especie de conjuro de libertad –sin él saberlo– de giro a dar espalda y que a paredes de una cueva, como si de liberar brujas mediante una muy poco lisa e imaginaria pared de cueva se tratara. Hasta que desagradado por tan extraño e incomprensible ritual de muy poca intimidad (al saberse todo hasta por La Mayor, la inspiradora del Erreka), el Txistulari sintió lógico y parcial repudio, sin dejar de cumplir, y no dio giro a nada, sino que, en silencio y buena fe, solo tomó la almohada y cubrió para no saber mas nada.
Muchas mas cosas, muchísimas, sucedieron, entre El Txistulari y la Reina María Chipía (Bruxa Txipía), que en lugar de parecer cosas de la naturaleza, mas parecían cosas de conjuro y círculo de sal sobrevenidas de noviembre de 1610. Con lo que Goiburú El Txistulari no es el simple comienzo de esta historia, pero sí el estridente grito, con pretensión de susurro, por parte del maléfico Aker Félix, quien –con toda su presunción de artes adivinatorias en DarkBox– vino a conocer solo después los intríngulis verdaderos de María Chipía con Goiburú El Txistulari. Todas estas «cosas», las «muchísimas cosas mas», Aker no sabía… Así, así, de esa manera, a la manera de María Chipía, no las sabía.
ORIGEN DEL REPROCHE: ENCUENTRO ENTRE AKER Y EL TXISTULARI:
En noches de marzo el Aker Félix vive incómodo, írrito consigo mismo, la maldad en él palpita ante el desvanecimiento de la discordia que desde semanas habita en Nueva Dork, no lo puede soportar, pobladores y damas del valle y la pradera conviven con lobos y aves de cualquier especie, mientras estas sean de genuino origen natural, pero dentro de todo este ambiente de naturalidad y rescate de lo verdadero en Nueva Dork, irrumpe de pronto algo inaceptable para Aker… la figura del noble avicultor Goiburú El Txistulari es realzada y elogiada debido a sus gratas melodías compartidas, reaparece la referencia de El Txistulari, ex-marido circunstancial de la Txipía, hasta que una tarde de viernes la inconformidad, la maldad pionera y la inseguridad propia asumen repentinamente el alma atormentada del Aker Félix, haciendo con que este comience a suscitar el odio entre pobladores de Nueva Dork, sin que haya lógica o motivo alguno. Para muchos observadores, la eventualidad no tiene explicación, no se comprende mucho el balbuceo de Aker por las praderas, pues luce solo inspiración pura de Belcebú, mas que de Asmodeo, Aker echa espuma por el hocico y nombra si parar y con ira negra al Txistulari. El Txistulari pregunta antes de advertir, con su típica caballerosidad y respetando a quienes considera no deben ser pagadas del demonio, aunque lo procuren, en especial mujeres conocidas, aunque de brujas Nueva Dork tenga referencia.
Esa noche de viernes, de marzo mismo para mas cuento, no se detiene Aker. Su envidia callada, su lujuria insatisfecha y la inseguridad de no saber ni siquiera que sabe y que no, en la desconfianza de que el poder de la luz lo priva de saberlo, entra en iracundia salvaje y ataca al Txistulari de modo inusitado. ¡No se contuvo el Aker, de preservar su mas recóndito secreto de rabias y rencores ocultos durante milenios! Aker no sabía, a ciencia cierta, de qué era propietario y de qué no, pues lo único que sabía era que, lo que alcanzaba no todo lo tenía. He ahí el odio, el rencor y la iracundía que lo perseguía. Aker arremete y destapa su inconformidad del modo que, quizá, menos quería… para no decir que «no debía», aunque la bondad de muchos ya lo conocían.
Tanto provocó el Aker por su «no saber» que, la nobleza del Txistulari se hizo eco donde mas debía y en su rostro le espetó solo aquello que su prudencia le imponía, con lo cual leyó el Aker las cartas de Tarot que aquello le supuso y se enteró de como su maldad interna lo engañaba y en ridículo lo mostraba, hasta que pasado el viernes de amenazas llega la inmediata madrugada de un injusto sábado íntimo de reproche en que el desespero y la maldad del Aker solo atinó atropellar a quien no le pèrtenece gritándole estruendosamente: ¡Coño! !A mí, nunca me lo contaste así! ¿Ves? ¿Por qué no supe esa manera? ¿Por qué a mí, a mí, a mí… por qué nunca me lo contaste así?
Fue tan grande el escándalo del reproche, que cuando el eco del grito chocó en el monte cercano a donde vive La Mayor y se devolvió, el Aker Félix lo escuchó y su rabo de ira y arremetida amenaza sin fundamento, tan solo lo escondió… El Aker, a sí mismo y para él mismo, se descubrió.
Lo que mas ira al –creído como «sabelotodo»– Aker le produjo, fue verse víctima de almohada al conocer el ritual que a él mismo le aplicaban y que su origen nunca había conocido. Con ello, por partida doble, el mismo Gran Aker Félix y su escogencia necia por la maldad, como su adorado Chacumbele él solito se destapaba y a su mujer, ofreciéndole «lo suyo» en plaza, misóginamente –una vez mas– también la descarnaba.
AMI MANERA no tuvo algo tambien con el forista Manuel VIctoriano Gonzalez AKA Bracho???
http://hylimonson1.blogspot.com/
Alcatraz es un Sr casado? Ami puta que hacias metiendote con un hombe casado. estas tan sola que te vas a la cama conel primero que conoces?Putona
¡Esta gueno!
Pero te falto algo que solamente yo se. Es un secreto que tengo bien guardado, pero para que veas que soy gueno, te lo cuento para que lo agregues a la historia de los techos rojos, que ami me parece es muy importante.
Yo conocí a alcatraz y me enamore de el y para complacer a mi papi bello del alcaravan, le preste a Bookie para que lo use en mi cuerpo viejo, mientras el se raspaba a la cachapa bajo la almohada.
¡Divertidísimo!